viernes, julio 18HOLA VALLE DE UCO

trasfondos y dudas de un anuncio crucial



El líder supremo iraní, Ali Khamenei, habría tomado la crucial decisión de retroceder aunque con límites, influido posiblemente por un episodio similar a fines de la década de 1980, cuando el régimen lo encabezaba el fundador de la República Islámica, el ayatollah Rudollah Khomeini.

Recordaba el analista Steven Erlanger que en julio de 1988, ante el sombrío panorama de la guerra contra un Irak respaldado por EE.UU., el entonces líder supremo aceptó a regañadientes un alto el fuego. Irak no estaba ganando, pero tampoco Irán y el costo era espectacular tras ocho años de lucha.

“Es como beber de un cáliz envenenado”, dijo Khomeini y habrá repetido ahora Khamenei. Pero la supervivencia República Islámica nacida en 1979, dependía de tragarlo.

Esta vez el escenario es peor. Irán no tendría oportunidad frente al poder militar de Israel menos con la participación de EE.UU. como se notó en el bombardeo del sábado a los sitios nucleares.

A sus 86 años, el sucesor de Khomeini, tras haber liderado el país desde 1989 y reconstruirlo como potencia regional y nuclear, con su obra ahora en ruinas, posiblemente le quedó claro la necesidad del pragmatismo. Pero con límites.

La decisión de reducir el tono definitivo del anunció de Trump y condicionarlo a que Israel apague sus cañones, intenta mostrar liderazgo pero también desconfianza en medio de los golpes recibidos.

El silencio de Israel abre una duda significativa respecto a si el magnate anunció más un deseó propio que la situación real en el frente. ¿Por qué cedería Israel?

La duda principal es sobre el plan nuclear: Si este acuerdo incluye un retroceso como el que había logrado Barack Obama en 2015 con su histórico pacto que congeló totalmente el programa atómico. Que es lo que demanda Israel.

La consistencia de esa duda explicaría el silencio del gobierno de Benjamín Netanyahu aunque también dejó de disparar. Sobrevuela una noción respecto a una solución que no parecería conformar.

No hay claridad sobre si EE.UU. destruyó efectivamente los tres sitios de enriquecimiento de uranio atacados. Tampoco se sabe el destino de los 400 kilos de uranio enriquecido al 60%, casi en nivel militar, que retenía la potencia, detectados por la Agencia de Energía Atómica de la ONU. Tampoco si hay otros sitios de enriquecimiento ocultos y a salvo.

Yaakov Amidror, exasesor de seguridad nacional israelí, afirmó que los iraníes podrían haber trasladado todo el material y las centrifugadoras en previsión de un ataque estadounidense.

Irán muestra intención de cesar el combate y preservarse. En abril del año pasado, con el primer intercambio de fuego directo entre las dos potencias, el régimen busco no escalar. Lanzó una oleada de misiles y drones contra Israel como represalia contra el bombardeo del consulado de Irán en Damasco.Pero avisó con tiempo para que los proyectiles fueran derribados.

El Instituto para el Estudio de la Guerra analizó que se buscó causar daños por debajo del umbral de una respuesta masiva israelí.

Lo mismo sucedió cuando Trump en su primera presidencia eliminó al célebre general Qasem Soleimani en enero de 2020 en Bagdad. La reacción de Irán fue ataques limitados a posiciones de EE.UU. para evitar un choque total.

Esta vez la réplica contra una base militar norteamericana en Qatar fue igualmente coreográfica, con aviso previo a todas las partes. Señales del interés de Irán de escapar de la contienda, pero marcando condiciones a sabiendas de que Israel en esta guerra fue por todo.



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