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Joe Biden anunció su decreto migratorio para cerrar las solicitudes de asilo en la frontera entre Estados Unidos y México


El presidente Joe Biden endureció este martes la política de inmigración de los Estados Unidos con un decreto que restringe el asilo para los migrantes que buscan llegar al país cuando los cruces fronterizos ilegales superen los 2.500 diarios, una medida que intenta enfrentar una de las máximas preocupaciones de los estadounidenses y un tema clave de la campaña presidencial.

Los migrantes, que en su mayoría cruzan por la frontera sur estadounidense, serán devueltos a sus países de origen o a México y no serían elegibles para la consideración de asilo una vez que se supere el límite. La decisión se anunció un día después de que fuese elegida como presidenta de México la candidata oficialista Claudia Sheinbaum.

Biden tomó la decisión ante la creciente presión política por la afluencia de migrantes en la frontera sur del país y funcionarios estadounidenses dejaron trascender la medida el lunes. Este martes se oficializó con una orden ejecutiva y el presidente dará una conferencia por la tarde desde la Casa Blanca, con alcaldes de ciudades fronterizas, explicando las motivaciones y los detalles.

El despliegue mediático se debe a que es un tema central de la campaña electoral para la presidencia en 2024 y uno de los puntos débiles de la gestión de Biden. Un promedio de encuestas de RealClearPolitics señala que un 62,8% de los estadounidenses desaprueba el trabajo del candidato demócrata sobre migraciones y su rival republicano, Donald Trump, ha hecho de la cuestión un caballo de batalla de su campaña. Además, un 42% de los estadounidenses cree que la migración ilegal es un tema importante o grave del país, según Pew Research.

El cierre entraría en vigor de inmediato, ya que ese umbral ya se ha alcanzado, y ahora el promedio de ingresos supera los 3.500 diarios, dijo un alto funcionario de la administración. La frontera se reabriría solo una vez que ese número caiga a 1.500.

Altos funcionarios de la administración dijeron el martes en una llamada con periodistas que «las personas que cruzan la frontera sur ilegalmente o sin autorización generalmente no serán elegibles para el asilo, en ausencia de circunstancias excepcionalmente apremiantes, a menos que sean aceptadas por la proclamación».

Los funcionarios dijeron que los migrantes que no cumplan con el requisito de tener un «temor creíble» cuando soliciten asilo serán expulsados de inmediato, y «anticipan que expulsaremos a esas personas en cuestión de días, si no horas».

Joe Biden, en campaña para su reelección. Foto: AP Joe Biden, en campaña para su reelección. Foto: AP

En 2018, la administración Trump intentó promulgar restricciones fronterizas similares, pero los tribunales las bloquearon. La administración Biden ahora espera defender la orden ejecutiva contra los desafíos legales.

El decreto también tendrá algunas excepciones, incluso para los niños no acompañados.

La respuesta de los trumpistas

Desde las filas trumpistas, enseguida se alzó la voz. La vocera de la campaña de Trump, Karoline Leavett, afirmó que la excepción daría «luz verde a los traficantes de niños y a los traficantes sexuales», al tiempo que reiteró el grito de guerra del expresidente de que «la invasión fronteriza y el crimen de los migrantes no se detendrán hasta que el corrupto Joe Biden sea deportado de la Casa Blanca».

Los legisladores republicanos ya están criticando la medida por considerarla insuficiente y tardía.

El gobierno de Biden viene analizando tomar medidas al respecto desde el fracaso de la legislación bipartidista este año que contemplaba cerrar el acceso al asilo en momentos en que las autoridades estadounidenses se ven abrumadas pero ahora decidió avanzar fuerte.

La fallida legislación fronteriza asignaba miles de millones en fondos adicionales para la capacidad de deportación y el procesamiento de asilo, pero los legisladores republicanos rechazaron el proyecto de ley después de que Trump se pronunciara en contra.

Carpas abandonadas por migrantes en la frontera de México con Estadios Unidos en Tijuana, Baja California (México). Foto EFECarpas abandonadas por migrantes en la frontera de México con Estadios Unidos en Tijuana, Baja California (México). Foto EFE

Biden ya había implementado algunas medidas para restringir las solicitudes de asilo de los migrantes que cruzan ilegalmente, pero muchos siguen siendo liberados en Estados Unidos porque las autoridades fronterizas carecen de la capacidad para detenerlos, examinarlos o deportarlos. En otros casos, los países de origen de los migrantes no los aceptan de regreso ni cooperan con las autoridades estadounidenses en las deportaciones.

«La gran pregunta para mí es si esto vendrá con recursos adicionales», dijo Kathleen Bush-Joseph, abogada y analista del Instituto de Política Migratoria en Washington. «Sin dólares adicionales para implementar esto, seguirán existiendo los mismos desafíos que cada una de las restricciones de asilo pasadas ha enfrentado».

El presidente ha estado en un aprieto político con el tema, ya que el tema se ha vuelto cada vez más importante para los votantes. El aumento de la migración durante su mandato, que ha tenido altibajos pero a menudo ha superado niveles récord, sigue siendo uno de sus mayores pasivos políticos, según los estrategas.

Trump aprovecha la situación y ha atacado continuamente al jefe de la Casa Blanca por lo que ha descripto como políticas de «fronteras abiertas» y «crimen migratorio de Biden», prometiendo promulgar una amplia represión si gana la presidencia. «Nuestras fronteras se cerrarán muy pronto», promete Trump en sus actos políticos. Y jura que expulsará a millones de migrantes.



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