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¿Qué significa que la OTAN abrirá la puerta a Ucrania «cuando se den las condiciones»?


Es una promesa política que puede no cumplirse pero abre la puerta a Kiev en cuanto consiga poner fin a la guerra.

El presidente ruso Vladimir Putin ordenó la agresión militar contra Ucrania del 24 de febrero de 2022 porque era incapaz de aceptar que las antiguas repúblicas soviéticas, desgajadas de Rusia hace más de 30 años, podían decidir su destino sin contar con Moscú. Putin temía una Ucrania en la OTAN y en la Unión Europea.

Su apuesta parece destinada al fracaso porque si hace año y medio era imposible encontrar a un funcionario en Bruselas que vislumbrara en las próximas décadas esa adhesión, ahora cada vez parece más cerca.

La Unión Europea decidió el pasado diciembre otorgar a Ucrania el estatuto de país candidato. No entrará mañana pero si la guerra acaba y se pone a hacer las reformas institucionales que exige Bruselas podría entrar en la próxima década. Parece un largo período, pero países como España y Portugal tardaron 10 años.

Si la entrada de Ucrania en la Unión Europea duele a Putin, en la OTAN debe resultarle insoportable.

Los participantes en la cumbre de la OTAN en Vilna, capital de Lituania. Foto AFP


Los participantes en la cumbre de la OTAN en Vilna, capital de Lituania. Foto AFP

Los problemas

La Alianza Atlántica lleva meses dividida entre sus ya 31 miembros (32 cuando Turquía y Hungría ratifiquen en las próximas semanas o meses el ingreso de Suecia) sobre la respuesta a dar a una Ucrania que querría entrar ya.

Esa adhesión inmediata provocaría automáticamente que toda la OTAN estuviera en guerra con Rusia, debido a la cláusula de defensa mutua del artículo 5 del Tratado del Atlántico Norte, carta fundacional del organismo militar.

Después de meses de discusiones y de una presión diplomática ucraniana muy intensa (hasta la mañana del martes el presidente Volodimir Zelenski exigió “respeto” para su país), la OTAN llegó a un acuerdo. El secretario general de la Alianza Atlántica, el ex primer ministro socialdemócrata noruego Jens Stoltenberg, dijo: “Hemos indicado claramente que invitaremos a Ucrania a unirse a la OTAN cuando los aliados estén de acuerdo y cuando se den las condiciones”.

El premier británico Rishi Sunak y su par de Italia, Giorgia Meloni en la OTAN. Foto Reuters


El premier británico Rishi Sunak y su par de Italia, Giorgia Meloni en la OTAN. Foto Reuters

Es una promesa política que puede no cumplirse pero abre la puerta a Ucrania en cuanto consiga poner fin a la guerra. Como recordó Stoltenberg, es la primera vez que se usa oficialmente la palabra “invitación” en referencia a Ucrania. A cambio de no entrar ya y de tener que esperar, Zelenski se va de la cumbre anual de la OTAN en Vilna (Lituania) con el regalo de no tener que seguir algún día un plan de acción de adhesión, el proceso que se sigue habitualmente.

Además de la eventual invitación de la OTAN, los países del G7 (Estados Unidos, Canadá, Japón, Alemania, Reino Unido, Francia e Italia) preparan una declaración conjunta sobre sus “compromisos de seguridad” para Ucrania.

El presidente ucraniano fue la estrella de la cumbre. En Vilna y ante decenas de miles de personas que ondeaban pequeñas banderas ucranianas, dijo que “la OTAN dará a Ucrania seguridad y Ucrania hará a la OTAN más fuerte”.

Los temores

Zelenski, ante una bandera ucraniana que estuvo en la batalla de Bajmut, que duró meses y que costó miles de vidas ucranianas y rusas, dijo que aquella batalla fue “una de las más decisivas para la libertad de Europa”. Y añadió: “En las ruinas y Bajmut y en los campos de batalla de Ucrania las ambiciones agresivas rusas serán vencidas”.

El ucraniano lleva desde el inicio de la guerra asegurando que Ucrania es simplemente la primera pieza que quiere cobrarse Putin, que si Ucrania cae en poder de Rusia después vendrán otros países, como Moldavia o incluso las tres pequeñas repúblicas bálticas (Estonia, Letonia y Lituania) miembros de la OTAN.

Zelenski se llevó de Vilna la promesa de que los entrenamientos de sus pilotos para usar los aviones de combate F-16 estadounidenses que espera recibir de varios países europeos empezarán en las próximas semanas: 11 países se comprometieron con Ucrania para entrenar a sus pilotos.

El presidente ucraniano también se llevó una buena noticia francesa: París empezó a entregar a Kiev misiles de largo alcance Scalp, con alcance suficiente para golpear a la retaguardia rusa. Berlín por su parte anunció que aumentará en otros 700 millones de euros las entregas de armas.

PB

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