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El mendocino Juan Pablo Toro es el primer argentino en hacer cumbre en el Nanga Parbat


El montañista mendocino Juan Pablo Toro logró la primera cumbre de un argentino en el Nanga Parbat, la «Killer Mountain», en Pakistán, uno de los picos más altos, extremos y exigentes del mundo, de 8.125 metros de altura, ubicado en la cordillera de Karakórum en la cadena asiática del Himalaya y una de las tres más peligrosas de explorar por su alto índice de mortalidad, que nunca había sido conquistada por ningún experto connacional.

Toro, montañista de pasión y empresario de profesión, lo consiguió el lunes pasado, en su segundo intento, y consiguió el objetivo de lograr la primera cumbre argentina en el Nanga Parbat.

«Al fin… el 3 de julio, a las 16 horas de Pakistán, tuve el privilegio de ser el primer argentino en llegar a la cumbre del Nanga Parbat (8.126m), sin oxígeno suplementario», comentó feliz Toro en su cuenta de Instagram: @juanp_toro, en la misma montaña y al momento de tener señal.

La expedición se realizó a lo largo del mes de junio y tuvo una duración de 30 días.

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«El Nanga Parbat es la novena montaña más alta del mundo, una de las tres consideradas más difíciles y peligrosas y, lo más importante de todo, uno de los dos ochomiles que hasta aquí no habían sido escalados por montañistas argentinos, ahora sólo resta el Annapurna», prosiguió en su relato Toro.

El plan del montañista argentino fue realizar un ascenso deportivo por la ruta Kinshofer de la vertiente Diamir, con la mayor autonomía posible, sin uso de oxígeno suplementario y contando con servicios logísticos de una agencia local en los campos base, sitios acondicionados para descansar durante la expedición.

Toro llevó la Bandera argentina a lo alto

«A lo largo de mi trayectoria como montañista, he subido los nevados y volcanes más altos de Los Andes de América, he realizado ascensiones técnicas en montañas emblemáticas y en varias agujas del cordón Fitz Roy en la Patagonia. En paralelo, también fui realizando entrenamientos técnicos de escalada en hielo y roca con guías certificados. En cierto punto, comencé a sentir que el camino me fue llevando y preparando para considerar cada vez más seriamente escalar un ‘ochomil’, indicó Juan Pablo desde su cuenta.

El montañista añadió que «la primera opción natural hubiese sido el Everest, la montaña más alta del planeta. Sin embargo, dado que a esta altura de mi vida no me planteo escalar los 14 ochomiles del Himalaya, me propuse que, si iba a intentar sólo un ochomil en mi vida, debía ser un ascenso técnico y deportivo, no comercial y, por qué no, más accesible que el Everest -que cuesta más de 60.000 dólares».

«Fue así que pensé en K2 (8.611 metros) y Nanga Parbat (8.126), dos montañas de las más icónicas del mundo, ambas ubicadas en Pakistán, y en las cuales han sucedido grandes historias del montañismo -buenas y malas-, y se han escrito libros y filmado películas», agregó Toro.

Al respecto, el mendocino aclaro: «Luego, aún indeciso entre estas dos opciones, vino a mi atención que Nanga Parbat es uno de los dos ochomiles (junto al Annapurna) que aún no han sido ascendidos por argentinos. Entonces quedó claro, era el Nanga Parbat! Por otro lado, desde siempre, aún sin siquiera soñar en alguna vez conocerlo personalmente, siempre fue la montaña que ganaba toda mi atención y admiración»

Entre junio y julio de 2022, junto a Matías ‘Matoco’ Erroz, otro mendocino, guía argentino de gran prestigio y compañero de varias ascensiones en Los Andes, Toro lo había intentado, pero las malas concidiones climáticas y de la montaña en general, no le permitieron lograr el objetivo.

Para la expedición 2023, Juan Pablo formó un equipo junto a cinco italianos que conoció el año pasado en Nanga Parbat (entre ellos Mario Vielmo y Marco Confortola, ambos experimentados montañitas con 12 ochomiles en su currículum), al tiempo que se incorporaron al grupo Santiago Quintero (andinista ecuatoriano de gran trayectoria) y Hugo Ayaviri (guía profesional de Bolivia).

En esta ocasión, Toro fue el único argentino en Nanga Parbat y, entre todos, contrataron los servicios logísticos de la agencia Lela Peak para traslados y servicios en campamento base.





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