En el horario central de la televisión estadounidense, frente a centenares de diputados y senadores que acaban de asumir, el presidente Joe Biden buscó este martes en su discurso sobre el Estado de la Unión convencer a los ciudadanos de que sus dos años al frente de la Casa Blanca han sido beneficiosos para el país y que él mismo sigue siendo la mejor apuesta para las presidenciales del año que viene.
Si bien Biden buscó enfocarse en la agenda doméstica, uno de los momento más esperados de su discurso tuvo que ver con China y el derribo del globo el sábado, un artefacto que según el Pentágono espiaba instalaciones estratégicas de seguridad en Estados Unidos.
Biden fue enfático: «No se equivoquen. Como dejamos claro la semana pasada, si China amenaza nuestra soberanía, actuaremos para proteger a nuestro país».
Los republicanos acusan a Biden de haber sido demasiado condescendiente al haber dejado volar el globo por todo el territorio antes de derribarlo. El Gobierno devolvió el golpe y reveló que durante el gobierno de Trump habían transitado otros dos globos espías por Estados Unidos sin que nadie lo supiera.
El discurso del Estado de la Unión es una tradición inaugurada por George Washington en 1790. Todos los presidentes deben rendir cuentas de su gestión cada año ante las dos cámaras reunidas del congreso, junto con los ministros, el alto mando militar y los miembros de la Corte Suprema. Deben también plantear los desafíos que vienen. El Capitolio estuvo rodeado por vallas de concreto y con la seguridad al máximo, ante el recuerdo aún fresco del asalto del 6 de enero de 2021.
El discurso de anoche tuvo un condimento adicional porque también sirvió para que el demócrata lance los lineamientos generales de su posible campaña de reelección. Biden no ha formalizado aún su candidatura para las presidenciales del 2024, pero ha dicho que lo definiría a comienzos de este año. «El estado de nuestra unión es fuerte», dijo Biden.
Si bien es el candidato mejor posicionado de los demócratas, no la tiene nada fácil. Con 80 años, es el presidente con más edad en la historia del país y muchos cuestionan su aptitud y energía para una nueva gestión.
Y los sondeos le asoman complicados. Según una encuesta del Washington Post y ABC, el 62% de los estadounidenses cree que Biden “no ha hecho mucho” o “casi nada” desde que asumió hace dos años.
Además, el sondeo reveló que, si bien el 78% de los demócratas y los independientes aprueban la gestión del presidente, un 58% preferiría otro candidato el año que viene.
De traje azul y corbata del mismo tono, Biden estuvo flanqueado por la vice Kamala Harris y el nuevo titular de la Cámara de Representantes, el republicano Kevin McCarthy, que esbozó cada tanto tibios aplausos. Durante su discurso, Biden defendió varias políticas en sus primeros años en el gobierno y su tono fue de campaña. Varias veces repitió «terminemos el trabajo», como pidiendo 4 años más.
“Somos el único país que ha salido de cada crisis más fuerte que cuando entramos en ella. Eso es lo que estamos haciendo de nuevo. Hace dos años nuestra economía se tambaleaba. Mientras estoy aquí esta noche, hemos creado un récord de 12 millones de nuevos empleos, más empleos creados en dos años de los que cualquier presidente ha creado en cuatro años”, dijo Biden.
Más allá de la creación de puestos de trabajo, el presidente resaltó otros hitos de su gobierno, como la mayor inyección de fondos para infraestructura federal en más de una década y la ley de Reducción de Inflación, que promovió una histórica inversión en energías limpias. En el plano externo, Biden logró una firme coalición occidental para apoyar a Ucrania ante la invasión rusa y completó el retiro de tropas –aunque en forma controvertida— Afganistán.
Aunque tardó más de lo deseado, también logró bajar de a poco la inflación –inédita en más de 40 años— de un 9% a 6,3% y controló el alza del combustible. Contra todos los pronósticos, consiguió frenar un aluvión republicano en las elecciones legislativas y restar influencia a decenas de candidatos avalados por Donald Trump.
Sin embargo, también es criticado por muchos de esos actos. Buena parte de los ciudadanos creen que su gobierno gasta demasiado, que el cambio a energías limpias dañará la industria estadounidense y le siguen pasando facturas por el costo de vida que alteró las economías familiares. La inmigración es otro tema que no ha logrado solucionar.
En tono de campaña, Biden habló directo a los estadounidenses sobre el futuro: “Mi plan económico consiste en invertir en lugares y personas que han sido olvidados. En medio de la agitación económica de las últimas cuatro décadas, demasiadas personas se han quedado atrás o han sido tratadas como si fueran invisibles», dijo.
«Tal vez eso es lo que estás viendo en casa. Recuerdas los trabajos que desaparecieron. Y te preguntas si ya existe un camino para que tú y tus hijos salgan adelante sin alejarse. Entiendo. Es por eso que estamos construyendo una economía donde nadie se quede atrás. Los empleos están regresando, el orgullo está regresando debido a las decisiones que tomamos en los últimos dos años. Este es un plan obrero para reconstruir Estados Unidos y hacer una diferencia real en sus vidas”, señaló.
Advirtió, además, que se opondrá a cualquier iniciativa de los republicanos que implique recortar gastos sociales o de salud.
Con su discurso, Biden busca revertir las encuestas de imagen. Estuvo trabajando por varias semanas en la redacción. Lo leyó varias veces en voz alta y se marcó pausas estratégicas para evitar el tartamudeo que tiene desde niño y que muchas veces asoma. No es un gran orador, tampoco tiene enorme carisma. Solo debía evitar errores.
Su discurso planteó también una “agenda de unidad” para este año centralizada en temas que sirvan para “el progreso de la gente”. Básicamente se centra en destinar más recursos a la lucha contra el cáncer; promover ayuda adicional para los veteranos; atacar la crisis ocasionada por los problemas de salud mental y combatir la epidemia de las muertes por sobredosis de opioides.
“No hay razón para que no podamos trabajar juntos en este nuevo Congreso. La gente nos envió un mensaje claro. Luchar por luchar, el poder por el poder, el conflicto por el bien del conflicto, no nos lleva a ninguna parte”.
Pese a que le gustaría enfocarse en los temas domésticos que le sirven para una posible campaña, no pudo eludir los acontecimientos internacionales. A poco de cumplirse un año de la guerra en Ucrania, Biden buscó mostrar que su liderazgo sirvió para evitar una escalada, aunque la guerra está lejos de terminarse.
Biden tuvo invitados especiales en el recinto, todos muy simbólicos. Estaba la embajadora ucraniana Oksana Markarova; el padre de Tyre Nichols, un hombre negro asesinado por policías y Paul Pelosi, el marido de la ex titular de la Cámara baja que fue atacado por un ultraderechista. El presidente los mencionó al hablar de la guerra en Ucrania, y la violencia racial y política. También estuvo el cantante Bono, un luchador contra el HIV.