Cuando Francia se enfrente a Marruecos en la semifinal de la Copa del Mundo, este miércoles, el encuentro es algo más que un match. Es una historia de amor y desencuentros de dos pueblos, Imperio de por medio, que permanecen unidos hasta hoy, más allá de su delicioso cous cous tradicional y adoptado en Francia, por el francés como lengua de intercambio, los marroquíes franceses, su adaptación y sus tensiones identitarias.
Tras su victoria (2-1) ante Inglaterra, el sábado pasado, Francia jugará contra Marruecos, que venció a Portugal.
Un partido único, que seguirá toda África y el mundo árabe como propio, y que abre la puerta a un probable próximo mundial africano compartido, como parece el nuevo modelo de la FIFA.
De los 26 marroquíes seleccionados para el Mundial, 14 no nacieron en el país que representan. Muchos, cortejados por dos selecciones, jugaron de jóvenes por el otro país, antes de decantarse por los Leones del Atlas. Otros decidieron optar por jugar en el equipo de la nacionalidad que le dieron sus padres.
Pero muestra la fuerza de la inmigración, cuando sus padres y sus abuelos llegaron a Francia en los 60 a trabajar en las fábricas y líneas de producción.
Se casaron con sus primas del Marruecos profundo, ellas llegaron a Francia por la reagrupación familiar. Pero sus hijos y sus nietos ya son franceses, educados en la escuela republicana, con doble nacionalidad. Ellos eligieron ser marroquíes en este mundial, la tierra de sus abuelos y padres.
Hakim Ziyech, Sofiane Boufal, Yassine Bounou y Selim Amallah son algunos de ellos.
Heroico y modesto Marruecos
Histórico y heroico, Marruecos escribe su historia con letras de oro en Qatar. Los que aman la épica, el esfuerzo, el espíritu deportivo son fans de Marruecos por su trayectoria. Los Atlas Lions llevan a África a las semifinales por primera vez. Los quieren ver en la final como un premio a su lucha, a la constancia, al amor por su camiseta.
Según el ex embajador de Francia en Rabat, Charles Fries, la historia de amor entre Marruecos y Francia dataría del siglo XVII cuando el sultán Moulay Ismail pidió la mano de Mademoiselle de Blois, hija de Luis XIV. Desde entonces, las relaciones franco-marroquíes han ciertamente experimentado altibajos. Pero aún así se mantuvo muy cálida, en comparación con los de Francia con sus antiguas colonias, como Argelia.
“Marruecos-Francia: ¿relación de amor o de razón?» El embajador elige desde el principio responder que las dos razones están «entrelazadas».
Más allá del pasado común, la relación colonizado-colono, las relaciones marroquíes-francesas están dominadas por intereses en temas económicos y de seguridad. Además de ser mantenida por relaciones más personales y afectivas entre las élites de los dos países, como los políticos Jean Luc Mélenchon, Dominique de Villepin o Hubert Védrine, todos nacidos en Marruecos.
Muchas personalidades francesas son de origen marroquí, como Najat Vallaud Belkacem, ex portavoz del gobierno socialista, Jamal Debbouze o el actor Gad Elmaleh y el caído en desgracia Dominique Strauss Khan, ex director del FMI, ahora residente en Marrakesh.
«Reflejo de Francia», señala el embajador, en referencia a un profundo apego e interés de los marroquíes para las noticias francesas, ya sean debates políticos o actualidad, cultura y medios. Ellas juegan un papel clave en el mantenimiento de la llamada “relación excepcional” entre los dos países.
Hacer historia
El seleccionador marroquí, Walid Regragui, se llevó el triunfo junto a sus jugadores, tras la victoria de los Leones del Atlas ante Portugal y la clasificación para semifinales.
“Me gustaría mucho ver a un equipo africano llegar a los cuartos de final”, anhelaba Luis Fernández antes del inicio de la competición. El ex internacional tricolor (60 partidos internacionales, 6 goles) se ha hecho oír.
Después de que las epopeyas de Camerún (1990), Senegal (2002) y Ghana (2010) se detuvieran en cuartos de final, Marruecos rompió el techo de cristal y alzó a África en semifinales por primera vez.
Tras terminar al frente de un fuerte grupo (Croacia, Bélgica), el heroico Atlas Lions eliminó a España (0-0 en la prórroga, 3-0 en los penales) en octavos de final y a Portugal (1-0). Llegó a los cuartos el sábado, con un gol de Youssef En-Nesyri. Increíble.
«Hemos hecho historia», respiró Romain Saïss, defensa y capitán, que «no se da cuenta del todo» de los progresos realizados. “También es bueno. Así nos mantenemos enfocados para los próximos plazos”, desliza, subrayando que “esos momentos quedarán grabados para siempre”.
Los marroquíes serán protagonistas de todos modos para dos partidos: la semifinal contra los Blues el miércoles y la final el domingo o el partido por el tercer puesto, el sábado. Dos nuevas oportunidades para hacer soñar a la gente en Casablanca, Rabat, Fez, en Tanger y en los pueblitos perdidos del Atlas y otros lugares.
Será duro, por supuesto, sobre todo porque los jugadores de Walid Regragui se han pasado la mayor parte del tiempo defendiendo hasta ahora. Han jugado 120 minutos en las rondas anteriores y su enfermería está por explotar (Aguerd, Saïss, Mazraoui), con más llagas para la estrella del PSG, Achraf Hakimi.
Los «Rocky» del Mundial
“Sentimos el dolor. Pero nos vamos a preparar. No hay remedio”, lanza el incansable centrocampista Sofyan Amrabat, revelación de este Mundial.
En cualquier caso, no está en el ADN de este equipo soltar, cansarse, abandonar. Todo lo contrario. Son fuertes y estoicos como camellos.
Marruecos no es «el equipo más bonito para ver jugar», como admite sin reparos Regragui, nombrado unos meses antes del Mundial, tras el despido de Vahid Halilhodzic, en conflicto con ciertos ejecutivos, incluido Hakim Ziyech.
«Pero somos los más bonitos por el corazón, las ganas e incluso la táctica», presume este marroquí francés de Corbeil-Essonnes, recordando que el ascenso de su equipo no es «una casualidad», ni «un milagro». «Es trabajo. Tuvimos la ronda más difícil posible. Muy orgulloso», dice. “Cuando miras a Rocky, estás para él, porque es el que sale de abajo. Somos un poco como los Rocky de este Mundial”.
Un equipo, de verdad, en el primer y más noble sentido del término. Walid Regragui fue a una misión a Qatar con un «plan claro» en mente, un sólido 4-3-3, citando como ejemplos a Ziyech y Sofiane Boufal.
“Nunca se había corrido tanto”, admite. “En la vida se puede con menos talento, calidad y dinero. Si quieres, si trabajas y crees, puedes. Cuando pones corazón y humildad, la pelota gira de tu lado. Un gran portero también ayuda. Y Dios sabe que Yassine Bounou ha logrado hazañas” alerta.
Un partido épico
Los Blue y los Leones de Marruecos se conocen, juegan algunos en los mismos equipos, son íntimos amigos, como Hakimi y Kilyan Mbappe. Pero el partido será épico.
Los Blues han sido advertidos. “Partido muy grande”, “implacable”, “muy difícil. Ellos multiplicaron los elogios sobre sus futuros rivales: “un muy buen equipo” para algunos, un “equipo top” para otros, prometiendo “no subestimar” a estos Leones de gran corazón. Leones que obviamente los franceses conocen bien, muchos de ellos han pasado por la Liga 1. Algunos siguen jugando allí (Dari en Brest, Hakimi en el PSG, Ounahi y Boufal en Angers…).
«Es un partido histórico. Se merecen estar allí. Vimos sus juegos. Tienen muy buenos jugadores y también saben sufrir” admiten los jugadores franceses.
Emmanuel Macron va a Qatar
Si antes del inicio del Mundial, el presidente Emmanuel Macron se había comprometido a ir a la tribuna de Qatar si los Blues cruzaban la etapa de la semifinal o la final, ahora está convencido. Tras su victoria ante Inglaterra por dos goles contra uno, la selección francesa consiguió para las semifinales del miércoles, donde se enfrentará a Marruecos, vencedor de Portugal.
«Emmanuel Macron cumplirá felizmente su compromiso», dijo al día siguiente, domingo 11 de diciembre, la ministra de Deportes Amélie Oudéa-Castéra, entrevistada en France Info.
El presidente francés despegará el miércoles para acompañar al Blues, con los que mantiene un vínculo habitual. “Estuvo atento a cada segundo del partido de ”, prosiguió la ministra, que añadió que había hablado con los jugadores y su entrenador Didier Deschamps al final del excepcional encuentro contra la selección inglesa.
En Twitter, Emmanuel Macron felicitó a los Blues, tras su clasificación: “¡Bravo les Bleus! Todo el país está detrás de vosotros: iremos juntos hasta el final”, escribió,felicitando a los marroquíes, tras su “histórica victoria”. «¡Solo dos etapas más!», agregó, esperando asistir a la segunda coronación de la selección de Francia, bajo su mandato.
Amigos íntimos
Kylian Mbappé y Achraf Hakimi, el francés y el lateral marroquí, compañeros de club en el PSG, mantienen una fuerte relación de amistad. Se enfrentarán en el duelo de la noche del miércoles en las semifinales de la Copa del Mundo.
Tan pronto como Francia se clasificó, en la noche del sábado al domingo, Achraf Hakimi (marroquí español) saltó a su teléfono para tuitear en inglés e identificar a Kylian Mbappé: “Hasta pronto, amigo mío”.
Unos días antes, el delantero francés había felicitado al lateral derecho marroquí por su victoria en los penales ante su España natal y publicado una foto de los dos jugadores, cogidos del brazo, tomada la víspera del encuentro, en el centro de entrenamiento marroquí. El tipo de mensaje que el prodigio de Bondy, que no es de los más asiduos de Twitter, no le publica a nadie.
Ambos nacidos en 1998, ambos precoces y convocados por primera vez a la selección antes de cumplir la mayoría de edad, Mbappé y Hakimi son amigos como pocos.
Desde la llegada del marroquí al PSG en verano de 2021 (comprado por 68 millones de euros al Inter de Milán), han forjado una relación especial y cercana, como irse de vacaciones juntos a Madrid o Marruecos o invitarse constantemente a casa del otro.
“Somos dos jóvenes de 23 años que compartimos los mismos gustos. Hablamos de música, de videojuegos. Vamos al restaurante o simplemente pasamos tiempo juntos”, se limitaba a explicar Achraf Hakimi, en una entrevista con Le Parisien a principios de año.
Muestra de su cercanía, Kylian Mbappé compartió en Instagram a principios de noviembre una foto para celebrar el cumpleaños de Achraf Hakimi, acompañada del pie de foto: «Un día especial para una persona especial».
No cabe duda de que cuando llegaron a Qatar, ninguno de los dos se imaginaba cruzar espadas en un tramo tan avanzado de la competición. Pero las sucesivas hazañas de los Atlas Lions, que le deben mucho a su férrea defensa, y la exitosa trayectoria de la selección de Francia, a pesar de numerosas lesiones, les condenan a enfrentarse en la noche del miércoles.
La historia será aún más bonita: Mbappé jugando en la banda izquierda del ataque francés, Hakimi en la derecha del equipo marroquí. El segundo se verá obligado a defender al primero en el estadio Al-Bayt.
Acostumbrado a jugar alto con el PSG, alineado a veces en el centro del campo casi derecho, el marroquí es sobre todo reconocido por sus habilidades ofensivas. Un talento que ya había podido demostrar en sus clubes anteriores, en el Borussia Dortmund y luego, en el Inter de Milán. Destellando a más de 35 km/h en la Ligue 1, esta temporada es uno de los diez jugadores más rápidos del campeonato, de esos que se adelantan a toda velocidad al contraataque en su carril. Un ranking dominado por Kylian Mbappé.
Bajo la camiseta de un Marruecos menos talentoso y más defensivo, Achraf Hakimi juega más bajo. Un papel que maneja a las mil maravillas.
Mbappé es de diferente calibre que los croatas, belgas, españoles y portugueses que se partieron los dientes en la defensa marroquí. Y no cabe duda de que el delantero francés no le hará ningún regalo a su amigo del PSG. Aunque lo considera “el mejor lateral derecho del mundo”.
Corazones divididos
Los franco marroquíes tienen el corazón partido para este encuentro, como su identidad.
“Cuando Marruecos no juega, apoyamos a Francia”, admite Lyazid, franco marroquí. “No podemos esperar. Lo que pase durante este Mundial nos demuestra que no hay complejos que tener. Una alegría teñida de miedo” describe .
“Tememos que se nos reproche el apoyo a nuestra patria”, lanza Salmane, aprobado por sus compañeros, en un pequeño departamento de los suburbios mirando el partido de Portugal y Marruecos. Y eso no significa necesariamente que no nos guste Francia. Pero esta es una cumbre histórica, inolvidable”, concluye.
París, corresponsal
CB