El último debate y el más importante entre Lula da Silva y Jair Bolsonaro en la noche de este viernes, fue el peor de la serie. Un cruce lamentable de insultos y desprecios de estilo callejero, que degradó el evento desde el comienzo y no dejó ganadores.
Todo estuvo muy lejos de un intercambio adulto entre los dos principales candidatos al balotaje del domingo y a gobernar la mayor economia del hemisferio después de la de EE.UU.
Ambos se reivindicaron como gestores exitosos, bolsonaro incluso con la pandemia y la economía, Lula con sus dos gobierno hace dos décadas. No destacaron ninguna medida adoptada por el otro. Solo críticas cruzadas
El ex presidente llegó a cuestionar la idoneidad de su rival para ejercer la primera magistratura y el mandatario lo destrato como un presidiario, que está a favor de la droga, abortista y cercano al narcotráfico.
La cercanía en la intención de voto entre los dos postulantes estuvo detrás de una estrategia negativa para destruir al contrario. Debido a que restan horas para el comicio, el debate en la red Globo, en Río de Janeiro, fue visto como una bala de plata única para intentar ganar electores.
El objetivo era central para el presidente que esta semana sufrió varios traspiés que habrían contribuido a mantener como favorito por escaso margen a su retador. En el PT, sin embargo, afirman que la elección esta empatada. Pero el debate difícilmente haya sido útil para los electores
Lula buscó en varios momentos enderezar la discusión, según dijo, para intercambiar propuestas gubernamentales, pero la estrategia pareció más propagandística porque se estancaba rápidamente en la puja de insultos y descréditos personales.
En un momento el ex presidente cuestionó a Bolsonaro porque, en su opinión “el aislamiento internacional de Brasil es hoy peor que el que experimenta Cuba”. El mandatario le respondió: “Usted no debería estar aquí. Usted fue condenado en tres instancias y está aquí porque tiene amigos en el Supremo Tribunal Federal. Usted tendría que estar preso”.
«Comportamiento insano»
El líder del PT aprovechó un derecho de respuesta para pedir disculpas al canal organizador del evento sosteniendo que “este comportamiento insano (de Bolsonaro) es el que ha estado gobernando Brasil los últimos cuatro años. Todo el mundo sabe de sus agresiones a las mujeres, a los periodistas, a los jueces”.
La discusión sobre el manejo del coronavirus , uno de los temas más polémicos en el desempeño del presidente, se perdió también en los cruces. “Hemos sido el ejemplo del mundo, si usted fue vacunado agradézcamelo a mi”, exageró Bolsonaro hablándole a la cara a Lula que lo criticó por haber llevado a la muerte a decenas de miles de personas por su desdén con la enfermedad.
En un capítulo sobre la Constitución, que eligió el mandatario, Lula recordó que su adversario “vive amenazando a los jueces de la Corte Suprema, él no tiene respeto por la Constitución. Ofende a las personas, cosa que un presidente de la República no puede hacer”.
Como en un ring de boxeadores, Bolsonaro buscó golpear a Lula con su novedosa insistencia en la campaña a favor de la familia y contra la interrupción del embarazo. El expresidente recordó que cuando el mandatario era diputado estaba de acuerdo con el aborto. No fue clara la respuesta.
Varias veces le pidió Lula que responda, pero el jefe de Estado contraatacó sosteniendo: “Usted Lula es un abortista convicto y cambia ahora porque le conviene y además está a favor de liberar las drogas que hacen daño a los niños”. Ese argumento lo repitió luego denunciando que el líder del PT tiene como aliados a mafiosos del narcotráfico.
Mirando a cámara Lula volvió a sostener que Bolsonaro es un mentiroso “sin idoneidad para ejercer el gobierno” y remarcó “yo estoy en contra del aborto, mi esposa está en contra del aborto, yo respeto a la vida”.
En medio de esas disputas agobiantes, Bolsonaro insistió con vincular a Lula con las dictaduras cubanas, con la venezolana y con el gobierno argentino por la crisis económica que atropella a nuestro país y que ha sido una herramienta de campaña insistente del bolsonarismo.
Lula reaccionó sosteniendo que Brasil durante sus gobiernos era una nación influyente en el mundo, “yo fui uno de los creadores de los Brics, del Grupo de los 20” y ahora “ni siquiera es como Cuba que al menos tiene relación con los países sudamericanos ”.
A lo largo de las dos horas del encuentro, no hubo un solo momento de debate. Lula tuvo como asistentes a su esposa Janja y a la senadora de centro derecha Simone Tebet que se ha convertido en una influyente figura de la campaña petista. En el otro equipo destacaba el ex juez Sergio Moro, que fue quien envió a la cárcel a Lula por corrupción.
Ese tema lo impulsó en todo momento el presidente. «Mentiroso, a usted no lo absolvió nadie». Con esos tonos trascurrió aún más filoso la segunda mitad del encuentro.
“El presidente está descompensado. Es el presidente más mentiroso de la historia de Brasil, ha mentido 6.498 veces en los canales de televisión”, expuso Lula ,
Arremetió con una conocida acusación sobre que la familia del mandatario e compró medio centenar de viviendas con dinero al contado. Bolsonaro enfureció: “Lula, ¿usted habla de mi? ¿Usted que fue condenado y lo ayudó un amigo del Tribunal supremo. Usted es un bandido” .
Ambos en el breve discurso final agradecieron a Dios. El presidente afirmando que ganará el domingo. El ex mandatario, con un mensaje más paternalista hacia una sociedad que, según sugirió, asistió a ese debate, con desolación.
SAN PABLO. ENVIADO ESPECIAL