La victoria de San Lorenzo sobre Aldosivi de Mar del Plata, 3-0 esta tarde en el Nuevo Gasómetro por la última fecha de la LPF, significó la despedida del arquero mendocino Sebastián Torrico y el volante Néstor Ortigoza, dos de los héroes del equipo de Boedo en la histórica obtención de la Copa Libertadores 2014.
Desde que Torrico perdió el puesto con Augusto Batalla a mediados del actual torneo y trascendió que no renovaría su contrato a fin de año, el partido de la última fecha tomó un carácter especial para San Lorenzo, que aumentó todavía más este miércoles cuando Ortigoza anunció su retiro del fútbol profesional.
Es que se trataba de la salida del arquero que fue figura en la Copa de 2014, primero en la tanda de penales ante Gremio de Brasil por los cuartos de final y el autor del tanto, desde los doce pasos, en la final revancha con Nacional de Paraguay para la conquista de la única Libertadores en la historia del club.
Torrico, de 42 años, es en rigor mucho más que eso para San Lorenzo. Durante su década ininterrumpida en el club, se convirtió en un líder silencioso al que los hinchas le atribuyen una influencia positiva por su compromiso y sus atajadas memorables.
El mendocino llegó a San Lorenzo en abril de 2013 como un refuerzo de urgencia cuando Pablo Migliore fue detenido en pleno Nuevo Gasómetro después de un partido con Newell’s, imputado de encubrimiento a barras de Boca Juniors, su anterior club.
El «Cóndor» debutó ese año en un partido de Copa Argentina ante Deportivo Morón y mostró sus virtudes al contener dos penales en la definición que le permitió al equipo avanzar de ronda.
Con el correr de los días se ganó la titularidad y en el semestre siguiente fue figura para la obtención del Torneo Inicial bajo la dirección técnica de Juan Antonio Pizzi. En la fecha 14, le tapó un penal al defensor Claudio «Chiqui» Pérez sobre el final del clásico ante Boca para sostener una victoria clave y en la última tuvo una atajada épica frente a Agustín Allione de Vélez (0-0), que se convirtió en mural en las calles de Boedo.
Ese día San Lorenzo visitaba Liniers con la necesidad de sumar al menos un empate para coronar ante un rival que podía ser campeón únicamente con la victoria.
Al año siguiente, en el primer semestre, llegó la Libertadores; luego la disputa del Mundial de Clubes en Marruecos, cuya final fue derrota 1-2 ante Real Madrid de España; y en febrero de 2016 la conquista de la Supercopa Argentina con una goleada sobre Boca (4-0) en Córdoba.
Torrico ganó los tres títulos (Inicial 2013, Libertadores 2014 y Supercopa 2015) en compañía justamente del «Gordo» Ortigoza, un futbolista que se convirtió en ídolo en esa seguidilla exitosa, después de pasar por el proceso que casi desemboca en el descenso a la B Nacional en 2012.