Cuando un misil alcanzó una estación eléctrica a menos de una milla de su apartamento a las afueras de Kiev, Oleksander Maystrenko no entró en pánico, no corrió a un refugio antibombas ni pensó en evacuar, aunque vive cerca de lo que de pronto se ha convertido en el principal objetivo del ejército ruso en la guerra: cualquier cosa relacionada con la infraestructura vital ucraniana.
Sus vecinos tampoco se han movido, aunque el ataque del martes, acompañado por una sonora explosión, mató a tres personas, causó daños graves en dos instalaciones en el complejo de la planta y dejó sin luz temporalmente a unos 50.000 hogares, según el alcalde de Kiev, Vitali Klitschko.
«No tenemos miedo porque no sólo estamos preparados de forma logística, estamos preparados moralmente», dijo Maystrenko ante su edificio de apartamentos, donde él y dos vecinos fumaban sentados en un banco apenas unas horas después del ataque.
Así se ve la nueva fase de guerra en Ucrania tras casi 8 meses de invasión. Moscú ha declarado abiertamente su intención de atacar cada vez más centros de energía, agua y otra infraestructura clave.
Un responsable ucraniano de energía dijo el miércoles que el 40% del sistema eléctrico del país ha sufrido daños graves, y el presidente, Volodimir Zelenski, dijo que las fuerzas rusas han destruido el 30% de las estaciones eléctricas ucranianas desde el 10 de octubre.
Pero Maystrenko y sus vecinos dicen estar preparados.
Almacenen todo
Si los rusos les dejan sin electricidad, hay reservas de linternas y velas, señaló. Si no hay gas para las cocinas, tiene un plan de construir un horno rudimentario ante la entrada del edificio y encenderlo con leña que ha estado reuniendo. Tienen agua embotellada y botes de verduras encurtidas y comida enlatada almacenada de forma segura.
Todo el mundo sabe que hay que tener muchas mantas y ropa cálida para el invierno, añadió.
«Nunca ha sido un secreto que esta planta de energía es un objetivo, pero llevamos preparándonos desde que comenzó la guerra’‘, dijo Maystrenko. Los preparativos han creado una sensación de comunidad y de frente unido entre los vecinos, que antes se conocían sólo de pasada y enfrentan un enemigo común, explicó.
Los ataques se producen en un momento crítico, antes del invierno. Klitschko dijo que el jueves comenzaba la la temporada de calefacción en Kiev, que como la mayoría de centros urbanos en Ucrania e incluso en Rusia utiliza un sistema central de la era soviética controlado por el municipio, y que suministra la calefacción a apartamentos y negocios.
Tras una reunión de Zelenski con ministros del gobierno, miembros de empresas energéticas y autoridades locales, el asesor presidencial Kyrylo Tymoshenko, dijo que habría restricciones en el suministro eléctrico en toda Ucrania entre las 7 y las 11 de la mañana a partir del jueves, y que en algunas ciudades se limitaría la iluminación de las calles.
«Por favor, tómense esto en serio», dijo Tymoshenko en su canal de Telegram. «Esto afecta a los residentes de TODAS las regiones del país. (…) Estas son medidas obligadas. Por lo tanto, ítodos trabajamos juntos en nuestro frente!».
Los daños
Un lugar donde los ataques cortaron el suministro de luz y y agua corriente era Energodar, una ciudad sureña cerca de la Central Nuclear de Zaporiyia, una de las mayores fuentes de preocupación en la guerra.
Los misiles también han causado graves daños en una instalación energética en la localidad natal de Zelenski, Krivói Rog, en el sur-centro de Ucrania, lo que ha dejado sin luz a varias poblaciones pequeñas y medianas y un distrito urbano, según el gobernador regional.
Emplear el suministro de energía como arma no es una táctica nueva para el Kremlin, especialmente cuando se trata de Ucrania.
«La energía siempre fue un comodín para los rusos, y afirman que al controlar la energía pueden controlar el país», dijo Hanna Shelest, directora de programas de seguridad en el Foreign Policy Council Ukrainian Prism, con sede en Kiev.
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, que declaró la ley marcial en cuatro regiones ucranianas anexionadas de forma ilegal, ha empleado como herramienta de presión su capacidad de cortar el gas que pasa por la extensa red soviética de ductos del país.
Ha empleado esa táctica no sólo contra el gobierno en Kiev, sino también contra países europeos que dependen de su energía y construyeron ductos para el gas ruso a través del Mar Báltico.
Estrategia
Con su nueva estrategia, el ejército ruso espera destruir suficiente infraestructura ucraniana como para hacer la vida tan insoportable que la población culpe a su propio gobierno, dijo Shelest.
Putin ha descrito Ucrania como un estado fallido y una parte histórica de Rusia. Ahora intenta que el sufrimiento haga que los ucranianos le crean, apuntó la experta.
«Lo que vemos ahora es que definitivamente no funciona muy bien», comentó Shelest. Los ucranianos, añadió, dirigen cada vez más su indignación hacia Putin.
Es llamativo que Zelenski admitiera que Rusia ha dejado fuera de servicio casi un tercio de las estaciones eléctricas ucranianas, señaló Mason Clark, analista del Institute for the Study of War, con sede en Washington.
«Si los rusos pueden mantener ese daño de forma continuada, y los ucranianos no pueden repararlo, eso empezaría a tener un efecto», dijo.
Clark dijo que no creía que Rusia pudiera afectar al apoyo mayoritario de la población ucraniana a que su ejército retome el territorio ocupado por Moscú.
Los ataques recientes contra viviendas civiles y otros objetivos no militares con misiles y lo que Kiev describe como drones proporcionados por Irán «parecen ser sólo ataques terroristas, que básicamente intentan intimidar a la población ucraniana», señaló.
Rusia ha empleado esas tácticas durante toda la guerra con «la falsa creencia de que podrán obligar a los ucranianos a rendirse e imponer las negociaciones», dijo Clark.
En el plano militar, el empleo de drones proporcionados por Irán y misiles de crucero Kalibr e Iskander contra infraestructura ucraniana es «un uso muy pobre de municiones limitadas de precisión’‘, opinó Clark.
Rusia está teniendo problemas con sus menguantes existencias de estas armas de gama alta, señaló, y reservarlas para el campo de batalla sería un movimiento más estratégico porque las defensas antiaéreas ucranianas han logrado interceptar y derribar muchos de los drones.
«Es un desperdicio de los rusos de sistemas muy caros y limitados en un intento de alcanzar probablemente un efecto de terror que no va a persuadir a la población o al gobierno ucraniano», afirmó Clark.
Reparar la infraestructura suele ser tarea de los gobiernos locales. La ciudad portuaria de Odesa, en el sur de Ucrania, formó equipos para ayudar a la vecina Mykolaiv, que lleva semanas bajo bombardeos rusos.
En la región de Járkov hay reparaciones en marcha en los sistemas de calefacción en torno a la recién liberada ciudad de Kupiansk, pero es un proceso lento que requiere restablecer primero la electricidad, el gas y el agua corriente, indicó el representante del gobierno Roman Semenukha.
«Quiero recalcar que las casas particulares estarán conectadas al suministro de gas, pero con los edificios altos es un poco más complicado, por varios motivos», dijo Andrii Besedin, asesor de la administración militar de Járkiv.
Las autoridades regionales en Járkov también estudian las necesidades de leña, dijo Besedin. Se crearán refugios con calefacción y las autoridades se ofrecerán a evacuar a los que quieran marcharse por el invierno.
«Los que quieran hacerlo (se trasladarán) a zonas seguras, donde están todas las comunicaciones. Trabajaremos cada día para restaurar la infraestructura crítica de estas redes», dijo.
Agencia AP
PB