Las abstenciones y los votos de Simone Tebet y Ciro Gomes son clave para responder. La segunda vuelta es el 30 de octubre.
Pasó la primera vuelta de las elecciones presidenciales de Brasil y el triunfo de Lula da Silva con el 48% de los votos significa que habrá balotaje entre el candidato del PT y el actual presidente, Jair Bolsonaro, que quedó segundo con el 43%, dado que ninguno superó el umbral del 50% de los sufragios.
La segunda vuelta será el 30 de octubre, una instancia que se definirá por la capacidad de ambos candidatos para convencer al aproximadamente 21% de la población que no fue a votar, como así también por lo que hagan los votantes de Simone Tebet y Ciro Gomes, quienes salieron tercero y cuarto en estas elecciones.
La lógica y la historia dictan que el candidato que gana en primera vuelta debería triunfar en la segunda. En Brasil mismo es lo que ha sucedido en los últimos 20 años, desde las victorias de Lula (en 2002 y 2006) y Dilma Rousseff (en 2010 y 2014), hasta la del propio Bolsonaro, en 2018.
Las encuestas previas a la primera ronda también daban como ganador a Lula en un eventual balotaje por una amplia ventaja, un dato a tomar con pinzas en vista de la performance del domingo de Bolsonaro, muy por encima de lo vaticinado por los sondeos.
Un dato de la elección del domingo es que el 20,94% de la población que no fue a votar no solo superó el 20,3% registrado en 2018, sino que es también la abstención más alta desde 1998.
Esos 32,6 millones de brasileños que no acudieron a las urnas son a priori el principal «coto de caza» de votos a sumar para ambos candidatos, en vista de la alta polarización de la elección. En principio, el oficialismo tiene mayor posibilidad de llegar a estos votantes, en tanto cuenta con todos los recursos del Estado.
La segunda fuente de sufragios a seducir son los que cosecharos los otros candidatos y que ahora deberán optar por Lula o Bolsonaro, un total del 8,4% del electorado en donde sobresalen el 4% cosechado por la Simone Tebet, del Movimiento Democrático Brasileño (MDB), y el 3% de Ciro Gomes, del Partido Democrático Laborista (PDL).
Una centrista y un ex aliado de Lula en el centro de la escena
Una superficial lectura por arriba del escenario para el balotaje podría concluir diciendo que los votos de Tebet irán a parar directamente a las arcas de Bolsonaro.
El planteo no carece de lógica: Tebet fue como candidata de un emblemático partido del «Centrao», ese poderoso bloque que maneja una gran parte de la política brasileña y que ha apoyado al candidato oficialista a lo largo de sus 4 años de gobierno.
Sin embargo, la presencia del ex gobernador de San Pablo y fiel representante de la burguesía brasileña, Geraldo Alckmin, como candidato a vicepresidente en la boleta del PT es señal de que las simpatías del centro están cuanto menos divididas.
Horas después de concluido la elección, Tebet declaró que ya había tomado una decisión respecto al balotaje, pero que lo daría a conocer en el momento oportuno. «No esperen de mí omisión y tomen pronto su decisión«, instó a sus seguidores el domingo por la noche.
Qué pasará con los votos de Ciro Gomes, por su parte, es otra incógnita que desafía las impresiones iniciales. En tanto exministro de Lula y candidato del PDL, un partido que formó coalición con el PT, su electorado en principio sentiría más simpatías por el expresidente de cara al balotaje.
En un escenario de alta polarización, Gomes, sin embargo, dedicó grandes porciones de su campaña a atacar a Lula, a tal punto que obligó a figuras emblemáticas del PDL, como el cantante Caetano Veloso, a salir públicamente a despegarse de sus declaraciones y apoyar al candidato del PT.
Su fuerte encono contra Lula durante la campaña genera dudas respecto no solo a qué decisión tomará él para la segunda vuelta, sino también sus votantes.
Para algunos analistas, una porción de los votos que terminó sacando Bolsonaro y lo impulsaron por encima de lo que marcaban los sondeos provino del electorado de Gomes, que en las encuestas aparecía con un 7% de intención de votos y terminó con el 3%.
Tras las elecciones, Gomes declaró que aún no había decidido si en la segunda vuelta apoyaría a algunos de los candidatos, o les dejaría libertad de elección a sus votantes.