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quién es Alexandr Duguin, el padre de la periodista rusa asesinada en las afueras de Moscú


«Una guerra santa contra el Anticristo y el satanismo» representada por el «sistema de valores occidental moderno», así definió Alexandr Duguin la invasión rusa de Ucrania, «una cuestión de ser o no ser» que Rusia hará todo lo posible para ganar, «incluso en caso de una colisión nuclear».

En Occidente se ha ganado el apodo de «el Rasputin de Putin«, o incluso el «cerebro» del zar, porque las consignas de Duguin son cada vez más frecuentes en los discursos del líder del Kremlin.

Empezando por el concepto de «Nueva Rusia» para indicar los territorios ucranianos a «liberar», o las reiteradas referencias a la ortodoxia rusa de las que hace alarde Putin haciéndose inmortalizar en la iglesia y presentándose como un paladín del cristianismo y la tradición.

Y no faltan las salidas en Italia del filósofo padre de la llamada Cuarta Teoría Política (pasando por encima del fascismo, el comunismo y el liberalismo) que en 2018 bendijo al gobierno verde-amarillo, liderado por Giuseppe Conte.

La periodista Daria Duguina, asesinada en las afueras de Moscú. Foto Reuters

La periodista Daria Duguina, asesinada en las afueras de Moscú. Foto Reuters

«Ganó Salvini, que con sus sudaderas y camisetas ayudó a dejar de satanizar el populismo, y también el Movimiento 5 Estrellas. Junto a ellos ganó el pueblo, en esta nueva lucha contra las élites por encontrar su propia identidad», dijo entonces Duguin.

Sin embargo, la «gran simpatía» por el líder de la Liga Norte, a quien el filósofo ruso había entrevistado en Moscú en 2016, duró poco. «Su transformación en un sentido atlantista y liberal es una pena, porque ha perdido la dimensión de verdadero populismo», comentó Duguin hace un par de años, decepcionado por «la influencia de la derecha liberal estadounidense sobre Salvini».

En uno de los últimos comunicados, el nuevo Rasputín había señalado a la ultra derechista Giorgia Meloni como la nueva favorita, por sus críticas a las medidas anti-Covid y al alejamiento «de las políticas fallidas del globalista y liberal (Mario) Draghi». «Tengo un presentimiento, se abrirá camino», señaló a modo de profecía y apuntando a las próximas elecciones en Italia.

Duguin, de 60 años, hijo de un oficial de inteligencia soviético, saltó a la palestra en las noticias rusas a principios de la década de 1990, en pleno colapso de la URSS.

En su momento escribió en el diario de extrema derecha Den, donde en 1991 publicó su manifiesto: «La gran guerra de los Continentes». Allí teoriza que Rusia es «una Roma eterna» que tiene la tarea de luchar contra el materialismo y el individualismo de Occidente, «Cartago eterna» para ser arrasada, apuntó.

Luego fundó el partido Nacional Bolchevique, junto al rockero de la literatura rusa Eduard Limonov, una mezcla de elementos ideológicos fascistas y comunistas y superadores de ambos. Tanto es así que la bandera de la organización era una hoz y un martillo en un círculo blanco sobre un fondo rojo, una especie de esvástica comunista.

En 1997, su libro «Los fundamentos de la geopolítica: el futuro geopolítico de Rusia» se convirtió en un éxito de ventas, tan popular que también se vendió en los supermercados. Allí indica, allanando el camino a los ingenieros del caos, las herramientas para desestabilizar Occidente, con Estados Unidos a la cabeza: desinformación y poder blando.

Investigadores rusos en el lugar del atentado contra Duguin. Foto AFP

Investigadores rusos en el lugar del atentado contra Duguin. Foto AFP

«Eurasia y el corazón de Rusia siguen siendo el escenario de una nueva revolución. El nuevo imperio euroasiático se construirá sobre la base del principio fundamental del enemigo común: el rechazo del atlantismo, del control estratégico estadounidense, la negativa a permitir valores liberales para dominarnos», escribió.

En 2002, dos años después del ascenso de Putin al Kremlin, bautizó el nacimiento del partido Eurasia, que atrae a muchos miembros del séquito de Putin.

En 2014 estuvo a la vanguardia del apoyo a los separatistas prorrusos de Donbás, pero sus afirmaciones incendiarias se consideraron excesivas en ese momento, especialmente cuando apeló a la «masacre» de ucranianos y le costó un puesto de prestigio en la Universidad Estatal de Moscú, de la que fue expulsado.

No obstante, Duguin se convierte en un invitado habitual en los programas de entrevistas de la televisión, prueba según muchos de la gran aceptación que disfruta en los escalones superiores del Kremlin.

Agencia ANSA

PB



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